Para cualquier ruta tienes que llevar uno o dos bidones, o mejor una mochila de hidratación, con una bolsa de agua de al menos 2 litros.
En el capítulo de los útiles te bastará con una multiherramienta, un tronchacadenas (aprendiendo a usarlo previamente), desmontables para sacar la cubierta en caso de pinchazo, una cámara de repuesto y una caja de parches completa, con su pegamento y su lija. No debe faltar una mini bomba, compatible con tu tipo de válvula. Lo normal es que sean adaptables a los dos tipos principales, fina y gruesa, pero compruébalo por si acaso. Pon el móvil, documentación o una pulsera de identificación y algo de dinero y tienes tu kit completo, al que podrás añadir también un pequeño botiquín (uno por cada grupo de ciclistas).
En un tercer nivel de previsión está la cinta americana, abrazaderas de plástico, un pin o eslabón de cadena y un pequeño trozo de cámara o goma rígida por si tuvieras la mala fortuna de rajar una cubierta para que pudieras tapar el agujero por dentro.
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