sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Llevan tus ruedas la presión adecuada?



Tanto si la presión es demasiado alta como si es demasiado baja, el rendimiento, la seguridad y la comodidad se resienten muchísimo.

No hay una presión estándar, ya que depende primero de la propia cubierta y de su rigidez estructural y segundo del peso del ciclista. Una goma con la carcasa muy flexible, ligera y de pared fina, necesitará más presión para mantener su forma; al contrario una cubierta de pared gruesa aguanta bien con poco aire. Como recomendación general no deberías llevar menos de 2.2 bar de presión ni pasar de 3.5 bar, salvo circunstancias especiales.

En términos generales, hay que tener en cuenta unas cuantas reglas:
Los ciclistas más pesados necesitan mayores presiones en las cubiertas que los ciclistas más delgados o ligeros.
  • Las cubiertas de menor medida (1.8 a 2.1) necesitan presiones más altas mientras que los neumáticos con mayor medida (2.2 y más) necesitan menos presión.
  • Las cubiertas con un compuesto más duro ofrecen mejor rendimiento a presiones más bajas que las cubiertas con un compuesto más blando.
  • Las cubiertas Tubeless o sin cámara de aire generalmente funcionan mejor a presiones más bajas que las cubiertas con cámara de aire.

Estas reglas sirven para tener un punto de partida a la hora de encontrar la presión correcta de nuestras cubiertas. Pero es importante recordar que la presión que necesitamos varía en función de nuestro estilo de conducción, el fabricante de las cubiertas y las condiciones del terreno.

Poca presión produce mucho roce de las ruedas, aumenta la resistencia al avance y supone riesgo de reventar por un pellizco de la cámara en zonas de piedras: la cámara se puede machacar, atrapada entre la propia llanta metálica de la bici y una piedra del terreno.

Con más presión de la cuenta, eliminas de un plumazo las ventajas de la rueda neumática y en lugar de llevar un "colchón" que amortigua, llevas una piedra que no puede filtrar los pequeños impactos del terreno ni adaptarse al mismo: vas rebotando, incómodo y pierdes tracción con facilidad.


El mejor consejo es probar, empieza por ejemplo con 2.5 bar, sal por el terreno por el que te suelas mover y percibe si las ruedas patinan o si su estructura flexa demasiado y girar se vuelve impreciso. Ten en cuenta que la goma de las ruedas, por su propia naturaleza ligeramente porosa, deja salir el aire muy poco a poco, por lo que cada cierto tiempo tienes que revisar y reajustar la presión. De un día para otro no se nota, pero si sólo usas la bici una vez por semana, la variación empieza a notarse más.

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