miércoles, 26 de octubre de 2016

Al trabajo en bicicleta, algo más que un viaje de un punto a otro


Ir en bicicleta al trabajo supone algo más que una forma de desplazarse. Supone una relajación muy grande, tanto en la ida como en la vuelta. Cuando se coje la bicicleta y se dan las primeras pedaladas, a la vez que las piernas van girando la mente comienza a ordenar las ideas, de manera que al llegar al puesto de trabajo tendremos un esquema mental bastante claro de lo que tenemos pendiente.
Si en lugar de en bicicleta el desplazamiento se realiza en coche no se consiguen los mismos efectos. Fundamentalmente por dos motivos, el tiempo se acorta un poco, en coche se tarda algo menos y por otro se necesita mucha más atención conduciendo, hasta el punto de llegar a en tensión al ser la circulación mucho más intensa. Con la bicicleta sólo hay que estar más atento en los cruces, pero por el resto me dejo llevar.

Pero algo similar me ocurre al salir del trabajo, sobre todo si no ha sido un buen día, la tensión, el mal humor, etc no son buenos compañeros para coger el coche de vuelta. Al final se acaba transmititiendo al volante. Sin embargo cuando al volver en bici, a medida que vamos dando pedales para regresar a casa, se va consumiendo esta adrenalina. El resultado es que al llegar a casa, todos estos problemas se han quedado por el camino, se han diluido y no lo trasmitiremos a la familia.

Por eso ir en bici al trabajo supone un placer. Algo que para muchos es difícil de entender, es más cómodo y más rápido ir en coche, está claro, pero para el bienestar personal, quizás lo más cómodo es ir al trabajo en bici y dejar el coche aparcado en el garaje.

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