lunes, 29 de junio de 2015

Sobrevivir al calor

Aclimatarse.
El error más grande que puede cometer un ciclista con el calor es no aclimatarse y salir a montar sin preparación. Así, el entrenamiento no será tan beneficioso, y aunque aumentará la sensación de esfuerzo, también lo hará el riesgo potencial de una lesión. Es recomendable aprovechar las horas tempranas o las últimas horas de la tarde, cuando refrescan las temperaturas.

Protegerse del sol.
Una quemadura solar contribuye a la fatiga y acelera el metabolismo. Esto último puede sonar bien, pero aumenta la necesidad de líquidos, que puede ser un problema en un día caluroso cuando ya estás luchando para mantenerte hidratado. Haz todo lo posible para evitar las quemaduras solares. Usa siempre bloqueador solar; elegir maillots, culottes, pantalones cortos e incluso manguitos o manga larga con protección solar, y llevar un gorro bajo el casco para proteger la cabeza.

Planificar con anticipación
Para evitar que la bebida se caliente rápidamente, congelar un bidón medio lleno. (También podemos poner cubitos de hielo en la mochila de hidratación). Para salidas largas, averiguar de antemano donde se puede reponer agua o bebidas frías.

Mojarse.
Si la temperatura corporal sube demasiado, el rendimiento y la salud pueden sufrir. Mójate cuello y antebrazos con agua fría, o refréscate con una toalla húmeda.

Dosificar.
No trates de mantener el mismo ritmo que en un día de temperatura suave.

Hidratarse.
En los días previos a una salida larga, conviene aumentar el consumo de frutas y verduras (como sandía y uvas). El sodio ayuda a que el cuerpo retenga el liquido que estás bebiendo, es bueno beber una bebida de electrolitos durante el recorrido. Intenta beber a un ritmo de 10 a 12 mililitros por kg. de peso corporal, 

Las bebidas de recuperación a base de proteínas ayudan a hidratar más rápido que las que solo tienen carbohidratos. Las proteínas hacen que el agua vaya a los músculos.