Si tras los habituales desplazamientos en bicicleta por la ciudad uno termina cansado y con dolores en diferentes partes del cuerpo, lo más probable es que no esté pedaleando en la postura correcta.
A la hora de ajustar la postura, nuestras prioridades deben ser el control y la comodidad.
Describimos a continuación los 4 ajustes “mágicos” para una postura perfecta en la bicicleta:
1. Altura del sillín
La altura es el primer a juste y más importante de la bicicleta, ya que permite una pedalada más efectiva, es decir que nos cansemos menos, y evita dolores o lesiones por hacer trabajar los músculos en una posición anti-natural.
Independientemente del tipo de bicicleta o de nuestra fisiología, este método es válido siempre: la altura del sillín tiene que ser tal que la pierna quede estirada cuando el pedal esté en su posición más baja. “Si al pedalear nuestra cadera sube y baja a derecha e izquierda, la altura es excesiva y debemos bajar el sillín. Por el contrario, si el sillín queda bajo, con el uso de la bici nos terminarán doliendo las rodillas”.
Otra cosa a la que hay que prestar atención es la posición del pie en el pedal al pedalear: se debe apoyar la parte distal o antepié.
2. Posición del sillín
Los sillines se unen a la barra del sillín (tija) mediante unos raíles que permiten mover el sillín delante y atrás.
Según los expertos, la posición del sillín es la correcta cuando posicionando las biela en paralelo al suelo, la rótula queda exactamente encima del eje del pedal. Las herramientas para hacer estos ajustes dependerán del sillín.
4. Inclinación del sillín
Todos los sillines tiene mecanismos para ajustar su ángulo para adaptarlos a la fisiología de cada cuerpo. Sin embargo, la mejor inclinación del sillín para los ciclistas urbanos es la posición horizontal respecto al suelo.
3. Altura del manillar
La altura del manillar es clave para llevar la espalda en la posición correcta, para que el peso de nuestro tronco se apoye en el sillín y así se trasmita a la bicicleta. A pesar de que cada tipo de bicicleta tiene asociada una postura determinada, dependiendo de nuestro cuerpo debemos ajustar la altura del manillar para conseguir repartir bien los pesos y liberar manos, brazos y hombros. Debemos ajustar la altura del manillar hasta encontrar la posición con la que nos sintamos más cómodos y evitar molestias.